ISO 50001: El poder de la gestión energética


El mundo nunca ha sido tan dependiente de la energía, al mismo tiempo que enfrenta una crisis energética sin precedentes. Precios inestables y en constante alza, problemas de suministro por conflictos armados y limitaciones logísticas, además de la urgente necesidad de descarbonizar la energía por su directa contribución al cambio climático.
En este contexto, utilizar esa energía de manera más eficiente y responsable es una obligación y al mismo tiempo una oportunidad para las empresas e instituciones en general. Y aquí es donde entra en juego la ISO 50001, una norma internacional que establece los elementos que deben ser implementados para conformar un sistema de gestión de energía orientado a la mejora continua en el uso de la energía.
Creada por la Organización Internacional de Normalización (ISO por su sigla en inglés), tiene el objetivo de ayudar a organizaciones, grandes y pequeñas, a establecer sistemas y procesos que conduzcan a un uso más inteligente de la energía. Es como un plan estructurado para controlar y mejorar el consumo de energía a lo largo del tiempo.

Imaginemos una empresa como un hogar. Si dejamos las luces encendidas todo el día, el aire acondicionado operando a su máximo nivel, incluso cuando no hay nadie en casa y no tomamos ninguna medida para ahorrar energía, tendremos que hacer frente a facturas más elevadas y al despilfarro de recursos. Ahora, pensemos a mayor escala en empresas con fábricas, oficinas o grandes instalaciones. Los desperdicios energéticos se multiplican rápidamente. Al comprender cómo y dónde se consume energía, las empresas pueden identificar formas de recortar desperdicios, ahorrar costos operativos, reducir su huella medioambiental y otros beneficios que se describen a continuación:
Reducción de los costes energéticos: La energía es un ítem significativo en la estructura de costos de cualquier empresa. Reducir el consumo de energía (electricidad, gas natural, combustibles líquidos, etc) representa una oportunidad de elevar la rentabilidad y competitividad de productos y servicios.
Toda fuente de energía fósil libera emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) al ser utilizada. Esto incluye al uso de electricidad dependiendo del combustible que se usa en la etapa de generación. También se emiten gases GEI (en Bolivia en promedio el 70% de la electricidad se genera con gas natural), por lo tanto, al reducir el consumo la empresa, también se reduce su huella de carbono, y en efecto es una forma muy inteligente de contribuir a la lucha contra el cambio climático, ya que se reducen costos al mismo tiempo. En una época en la que sociedad en general demanda productos más sostenibles y responsables con el entorno, las empresas que reducen su impacto ambiental también pueden mejorar su reputación.

Cuando una empresa se compromete con la eficiencia energética al implementar un sistema ISO 50001, envía un poderoso mensaje a sus empleados: nos preocupamos por hacer las cosas de forma responsable y ustedes son parte muy importante del proceso. Esto puede ayudar a crear una cultura de sostenibilidad, en la que los miembros del equipo se sientan motivados para ser más conscientes de su consumo de energía, tanto en el trabajo como en casa.
Mejor gestión del riesgo: Una gestión inteligente de la energía puede ayudar a las empresas a prepararse para lo inesperado. Por ejemplo, si los precios de la energía suben repentinamente, una empresa con un sistema de gestión energética bien optimizado probablemente sentirá menos el impacto. La norma ISO 50001 ayuda a las organizaciones a mantenerse adaptables, por lo que están mejor posicionadas para hacer frente a los retos relacionados con la energía, venga de donde venga.
Y cómo se implementa un sistema de estas características? El primer paso es llevar a cabo un diagnóstico energético que permita establecer la línea base que se constituye en el punto de partida. Los avances en la gestión energética se medirán a lo largo de los años comparando las mejoras con esta situación inicial. Adicionalmente el diagnóstico permite identificar las áreas críticas que requieren acciones prioritarias.
El diagnóstico junto a las expectativas de la empresa son el principal insumo para la siguiente etapa: la planificación. Es en este momento cuando se fijan objetivos y metas concretas, y se desarrollan planes con acciones específicas con plazos, responsables y recursos que permitirán alcanzar los objetivos planteados.

La tercera etapa es la puesta en marcha del plan arriba mencionado, se constituye en la operación del sistema de gestión de energía, el trabajo diario que se debe realizar para lograr la optimización del consumo.
Finalmente, el control y seguimiento están destinados a evaluar si la implementación del plan de acción alcanzó los objetivos planteados inicialmente. En caso de identificarse desviaciones se deben plantear acciones correctivas y en caso contrario, es decir, si se alcanzaron las metas, la siguiente planificación deberá aumentar el nivel de exigencia hacia objetivos más retadores.
Este ciclo de planificar, ejecutar, controlar y tomar acciones de mejora, se conoce con el nombre de Ciclo de Mejora Continua y se asemeja a una rueda que gira permanentemente para que la organización busque la mejora constante de su desempeño energético.
En resumen, un sistema de gestión de energía en base a ISO 50001 se constituye en una poderosa herramienta de gestión empresarial que permite además potenciar la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático.

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